jueves, 10 de abril de 2014

DIME DE LO QUE PRESUMES...

“Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”

Sorprende la de historias tristes, cuando no grotescas, que derivan de esa verdad.

El esfuerzo que uno hace por ocultar sus “puntos débiles” es directamente proporcional al valor que se le otorga. No todos valoramos lo mismo ni lo valoramos igual.

Habrá quien valore mucho la simpatía y sabiéndose poco grácil, opte por sobreactuar, para ocultar al mundo su vergüenza. Es una conducta contrafóbica, defensiva. Hago aquello que no sé hacer para que no se me note que no lo sé.

Cada uno adolece de algo que otro deseara para sí. Ironías de la vida.

Cada cual prisionero de sus pequeñas miserias, o libre de ellas si deja de batallarlas.

Pero existe un rasgo o cualidad por encima de cualquier otro, que atesoran muchos, pero lo desean muchos más. Un rasgo que de no poseerlo crea una verdadera debacle personal. Le llaman “fortaleza “

Pues podría apostar sin riesgo a equivocarme, que la mayoría de personas infelices lo son porque se sienten débiles. Ese es su “punto débil”. Y ante esto uno se dice: ¡qué fortaleza hemos atribuido a la debilidad!Cuánto poder le hemos otorgado...

Fortaleza y debilidad, las dos caras de una misma moneda. El precio a pagar.

Debe ser una cuestión ancestral, porque arrastramos esta maldición desde el principio de los tiempos. Aunque pudiera parecer que “la ley del más fuerte” pasó a la historia, ya no hay leones acechando ni enemigos con los que pelear, mira tú por donde, seguimos entrenando músculos y bailando la danza del más guapo. Tribal, que no trivial.

Aparentar fortaleza física, parece la necesidad de muchos. Aparentar fortaleza de carácter, parece la necesidad de muchos más.

Aparentar no es ser, es sólo parecer. Y uno intenta parecer cuando se sabe (o se cree) que no se es.

Algunos son buenos impostores y apabullan con su rotunda pose, se les tarda en descubrir. Otros, menos exquisitos en sus formas, se delatan fácilmente, jugando a ser quienes no son, con herramientas que, claramente, no les pertenecen.

Conductas contrafóbicas. Bonita palabra. Luchando contra el miedo aliándose con él. Lástima que no funcione.










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