viernes, 30 de marzo de 2012

DELIRIOS DE SUICIDA


El suicidio es la forma más egoísta de venganza pasiva que se pueda soñar. Y digo bien, soñar, porque cuando se planea, se saborea con la misma fruición e igual inquina con la que se fantasea para los adentros un íntimo y perverso “así te pudras, so mamón” (por supuesto no todos los suicidios obedecen a esta máxima, Dios nos libre de tanta mala gaita)

Hay personas que viven mal para sentirse bien. Son ese tipo de personas que se manejan cómodamente en su desgracia, se regodean en su propio dolor y hasta lo gozan. Tanto es así que defienden su victimismo hasta extremos hilarantes. Pobre de aquél que intente el rescate o el alivio de su dolor, porque será blanco de su ira, por supuesto no expresada, y de forma lacerante y velada se lo hará saber: “Mi dolor es mío y ni se te ocurra arrebatármelo” y como el perro fiero que enseña los colmillos si te acercas a su hueso, éste observa vigilante, no vaya a ser…

Y a veces ocurre que la gente se cansa. El entorno del victimista se agota de tanto lamento acusatorio y hostil. La familia, amigos, compañeros de trabajo, no pueden más y desisten. Los que pueden huyen, los que no, rehúyen.

Y es con este panorama desolador que nuestra estrella de la muerte entra en acción. Solo, rabioso con el mundo y con los suyos, empieza a urdir su eterna venganza, cociéndola a fuego lento: “Ahora veréis, so mamones”. Y la idea de un funeral lúgubre y culposo empieza a deleitarlo.

Las honras fúnebres pueden ser muy atractivas si se planean cuidadosamente; tan excitantes como una boda, donde la novia, nacida para casarse, imagina con gran excitación cada escena de su gran día.

Pues así disfruta nuestro doliente, recreándose en su despedida, a lo grande y sin reparar en gastos. En su mente la certeza del sufrimiento ajeno lo complace. Recorre su pensamiento la lista de “invitados”, creyendo saber quiénes más lo llorarán: “Cuando el féretro haga su entrada triunfal, el sollozo de fulanita hará los honores, y el quejido de menganita avivará el suspiro general. Y se me recordará. Y harán corrillos y hablarán de mí, y lo lamentarán…”

Pero nuestra estrella de la muerte sólo imagina, sueña. No sabe que probablemente el circo no será tal, y hasta puede que el suspiro general no sea de angustia sino de alivio. Y de vuelta a casa, todos ellos, seguirán viviendo. Y con el tiempo, también riendo, y soñando y disfrutando…sin él, sin ella.



Foto: http://img.zonafandom.com/2008/04/starwarszf.jpg

6 comentarios:

Dr. Francisco Fernández Carrillo dijo...

Precioso.
Un texto elegante, real como pocos, y, a la vez, delicado.
Duro, como toca.. pero tierno.
Me ha encantado leerlo.
Solo felicitar a Mayte, amiga y compañera.
Dr. Fdez. Carrillo
Medico Psiquiatra

Anónimo dijo...

Me sumo a las felicitaciones. Un texto formalmente impecable.Da gusto releerlo.Pocos podrían hacerlo mejor.

P.D. Me encanta lo de "mamón" Yo también lo digo.
Saludos.

Mayte Leal dijo...

Gracias a los dos por vuestros comentarios tan generosos. Un abrazo

Anónimo dijo...

Muy buena definición del "cuerpo-dolor", muy bien descrito y muy delicado a la vez, tratándose de un tema tan serio y doloroso para los que viven cerca de un "sufridor".
Os recomiendo tro BLOG sobre relaciones personales, escrito desde otra perspectiva:
http://luciavitali.blogspot.com/

Saludos,
Carlos R

MJGiro dijo...

Pulsé sobre el cuadradito de "¡Ostras!, me da qué pensar", pero quería que lo supieses, porque es lo que me ha hecho sentir.

MJGiro dijo...

Pulsé sobre el cuadradito de "¡Ostras!, me da qué pensar", pero quería que lo supieras, porque es lo que me ha hecho sentir.