Nadie que te quiera bien te soltará
semejante estupidez. Corrijo: Nadie que sepa lo estúpido de esta
afirmación, se atrevería a pronunciarla.
Sin duda, el sujeto que tan alegremente
se dispone a regalar esta frase, lo hace convencido de su buena
intención, que la tiene, aunque vaya errado en el mensaje.
¿No cambiar? ¡Sólo los muertos no
cambian!. Afortunadamente la vida es dinámica, se mueve, cambia. Las
personas lo hacemos continuamente, en consecuencia, las relaciones
cambian. Entre amantes, entre casados, entre amigos, entre más
amigos, entre padres, entre hijos, entre hermanos...Todas, sin
excepción, cambian.
Afortunadamente.
Sin cambio no hay progreso. Ni mejora.
Hay parálisis. Como en este país nuestro, “parado de larga
duración” (el país y muchos de sus habitantes). Sin movimiento no
hay acción. Hay la nada. El vacío.
Quien no busca no encuentra. Se queda
con lo que hay o con lo que falta.
Así que, amigo, amiga, por tu bien,
por el de tu amigo, pariente o quien quiera que sea el sujeto objeto
de tu delirante ánimo bienintencionado: No les quieras tanto mal y
permíteles que cambien, alma cándida, que cambien tanto como puedan
y sepan, tanto como se atrevan, tanto como sueñen o sean capaces.
Permíteles que sean mejores personas, cambiando, cambiándose,
cambiándote. Que puedas, por fin, al verlos, soltar con tanto ímpetu
como sueles: ¡Tú si que has cambiado!
Y una última sugerencia, elimina el
"crack"...Uno suele acabar mal de tanto abuso.
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