lunes, 28 de enero de 2008

ESOS PEQUEÑOS TIRANOS


Hace unos días me pasaron este video. Para verlo clickar aquí. Merece la pena, aunque os advierto que dura 20 minutos. Es la ponencia de un juez de menores de Granada, Emilio Calatayud, en la V Tertulia del Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid y que tiene como título Familia y Escuela ante la Prevención de Conductas de Riesgo.

Este juez es archiconocido por su particular forma de aplicar la justicia con estos chavales en riesgo de exclusión social, como sentenciarlos a sacarse la ESO, o a iniciar algún proyecto ilusionante con vistas a un futuro más prometedor que delinquir.

Creo que resume con gran claridad la situación actual entre padres e hijos, y cómo el conflicto generacional que ha existido toda la vida (y que, por otro lado, es propio y natural) se ha convertido en motivo de Estado y de intervención judicial. Lo que antes era un simple “bofetón” ahora es una “agresión con violación de los derechos fundamentales del menor”, y en consecuencia, denunciable y sentenciable. De hecho, se han interpuesto denuncias por niños menores de 14 años contra sus progenitores ¡Por obligarlos a ducharse o por retirarles la paga semanal! Definitivamente, hemos perdido el norte. Como muy bien dice Emilio Calatayud tal vez este complejo de joven democracia (cuando ya llevamos más de 30 años en ella) sea la culpable de todo este desaguisado. Quizás nos dé miedo a volver al tortazo o al castigo de toda la vida, por miedo a que se nos tilde de ser unos padres anticuados, o lo que es peor, con tintes antidemocráticos…

¿Cuándo entenderemos que los padres no son los amigos de sus hijos? ¡Son sus padres, y eso es lo que necesitan los chavales! Como dice este juez, si se les niega ese derecho, se les deja huérfanos.

En fin, juzgad vosotros mismos.

2 comentarios:

Miguel Ángel Raya Saavedra dijo...

Cuando a uno no se le ocurre nada mejor que decir que lo que ya ha sido dicho lo mejor que puede hacer es aplaudir.

Ante la ponenecia de este juez, yo me levanto y le aplaudo.

Miguel Ángel Raya Saavedra
Psicólogo Colegiado 10127
Psicoterapeuta acreditado ASEPCO/FEAP

Cristina Murillo Jimenez dijo...

A ver... discrepo
primero, perdon por opinar en un archivo de hace un año, pero acabo de descubrir este blog (maravilloso) y no puedo dejarlo pasar.
Decia que discrepo.... no es oro todo lo que reluce, y por mucho énfasis que le ponga este señor a sus ideas no consigue imponerse a las mias, (aunque reconozco que es una artimaña eficaz y que, según veía el video, meditaba para mis adentros: seguridad, tono...cuando quieras convencer Cristina, no te olvides de emplearlos...), enfásis por otro lado que le dá, no el peso de la razón, sino su origen granaino, no en balde dicen eso de granaino malafollá (no se me ofendan... conste que yo tambien soy granaina) pero en fin lo que decía es que hay algo en su discurso que me huele rancio.
lo primero: ya me pone los pelos de punta el que crea fervientemente que tiene razon en todo lo que dice, la humildad y la duda abren la mente, y a mi me dan miedo los contundentes, me recuerdan a ciertos personajes dictatoriales.

Y lo segundo: el ejemplo que ha puesto de la sopa....¡Dios santo, el ejemplo de la sopa nooooooooo!,guardo recuerdos de mi infancia en el colegio (de la asquerosa secta del opus dei por cierto)bastante traumáticos aldrededor de la comida... ¿con que derecho se cree este señor y cualquiera para pretender obligar a NADIE ya sean adultos o niños (igual merecedores de respeto) a comer algo que no gusta o incluso que en ese momento de tu vida te da asco?, ¿que clase de prepotencia le impele a disfrazar de educacion un abuso de poder y un derroche de mala hostia, como es obligar a nadie a tragar un alimento que detesta?, es anticaritativo, abusivo, y hasta cruel, y si me apuran veo un cierto sadismo en ese comportamiento, además de carencias afectivas y desequilibrio psiquico en la persona que fuerza. Un niño es pequeño, pero no idiota, tiene sus gustos y preferencias, y no hace según que cosas por rebeldia, el que así piensa, es el que tiene el problema.
Lo malo de ser autoritario y dejar claro quien manda es que si te equivocas en el juicio, la injusticia se queda hecha y hace mella en el alma de quien la sufre,que recordará el suceso con ira y rencor, y alguien a su vez pagará los platos rotos..
Ese juez culpa a las nuevas tendencias transigentes de la delincuencia, yo le diria que se molestase en investigar las familias de las que provienen los chicos que pasan por su juzgado, apuesto a que la mayoria provienen de unos padres con problemas emocionales,faltos de autoestima, inseguros y por ello autoritarios hasta la vilencia fisica. No es el exceso de permisibilidad lo que lleva a la delincuencia, sino la falta de comprensión, la falta de respeto... pero del padre al hijo.