jueves, 17 de enero de 2008

DESPUÉS DE LA BODA




(Película. Producción danesa. Directora: Susanne Bier.)

ALERTA SPOILER: si aún no la has visto puede que te la reviente. ¡No sigas leyendo!


Es una película de frustraciones y sacrificios. De secretos de familia también.

Con muchas situaciones-dilema donde se evidencia la dificultad de la
toma de decisiones y la responsabilidad que lleva asociada.

Increíble la capacidad de renuncia de uno de los protagonistas: empresario archimillonario, enfermo terminal de cáncer que lleva su enfermedad en el más absoluto secreto. Se lo ha ocultado a sus hijos y a su propia esposa, para protegerla del sufrimiento. ¡Sin darse cuenta que su ocultación provocará en ella, más desasosiego! Interesante como esta familia hace cosas (o deja de hacerlas) con idea de cuidar y evitar dolor, y sin embargo, ese acto compasivo y generoso produce, precisamente, el efecto contrario. El secretismo es una forma natural de negar la enfermedad, aunque puede que poco apropiada para proteger a los demás. Es un intento desesperado de protegerse a uno mismo, ante la angustiosa finitud de la propia vida. Este hombre, viendo cercana la muerte, urde una estrategia (también en secreto) para “dejar a su familia bien colocada”: busca futuro esposo a su mujer y posible padre para sus hijos. El candidato, por supuesto, no será cualquiera…Un estilo de comunicación familiar curioso. Una familia donde los roles estan confusos: ¿Quién es quien? El marido parece más el padre de su esposa y la esposa parece más hija que mujer. La joven hija de la esposa (que no del marido) parece más hijita párvula que joven adulta…Sin embargo, todo luce perfecto a ojos ajenos. La familia modelo, la honorable fachada…

¿Cuántos apuntalamientos son necesarios para que una estructura agrietada no se desmorone? ¿Y cuánta fuerza y energía hay que invertir en tamaña proeza?

¡Si es que somos PC! (Pecadores Clásicos, o sea, hacemos mal pensando que hacemos bien. Si sólo con la buena voluntad bastara…)




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