Valoramos tener cerca a nuestra familia y amigos más queridos, tener también una pareja a la que querer y que nos quiera, y sobre todo, valoramos el tener un trabajo estable que nos garantice seguridad económica.
Hablo de ese grupo de personas (entre las que me incluyo) que a pesar de todo lo que hemos conseguido, albergamos otros sueños en nuestro corazón.
Unos sueños que, de llegar a hacerse realidad, harían que nuestra vida fuese más intensa, más plena, tuviese mayor sentido.
El miedo a no ser capaz de conseguir lo que quiero, el miedo a fracasar en el intento, el miedo a defraudar a las personas que me quieren, y sobre todo, el miedo a salir de mi “zona de seguridad”, de ese entorno en el que me siento protegida y segura, aunque no me sienta feliz.
Y no es fácil para mí convivir con esos miedos. Es más duro de lo que parece, pues todos ellos se han convertido en los barrotes que forman mi propia prisión. Y a veces siento que no tengo fuerzas para salir de ahí, a pesar de lo mucho que lo deseo.
Una vez leí que la vida es como el mar: profundo, intenso, desconocido, bello y peligroso. Con días de sol, calma y serenidad y con días de oscuridad, tormenta y desafíos. Y estoy de acuerdo.
También leí que nosotros somos como barquitos: más pequeños o más grandes, todos estamos hechos para navegar. Aunque algunos nos sentimos más seguros amarrados en el puerto, a pesar de que ése no es nuestro hábitat.
Debemos salir y explorar, dejar de ver nuestro puerto y lanzarnos mar adentro para buscar lo que hay más allá de lo que ya conocemos.
No hay más.
1 comentario:
waw..gran verdad has escrito..como superar ese miedo para lograr a hacer todo aquello que deseas? como superar el miedo a equivocarse y a rectificar?.. con seguridad, orgullo y un par de..narices?!
todos tenemos ilusiones y objetivos que alcanzar y miedos que superar..esperemos perder un dia todo aquello que nos asusta y poder hacer todo aquello que nos acerca un poquito mas a la felicidad..
Ainhoa.
Publicar un comentario