viernes, 20 de junio de 2008

SI ME NECESITAS...¡SILBA!



Mira el lado brillante de la vida, cantan los crucificados…

¡No se me ocurre nada mejor, francamente! Eso sí, después de haberte tomado un tiempo en lamentar tu suerte, en llorar un poco (o un mucho, según convenga) y en maldecir a todo lo que se menea. Esto me parece útil y necesario “en primera instancia”.

Ante los reveses de la vida (los que nos vienen sin buscarlos y los que nos empeñamos en encontrar), se puede elegir cómo afrontarlos. Hay quien prefiere mirar hacia otro lado en espera de soluciones mágicas, hay quien mira de cara y busca cómo resolver, y hay quien otorga a los otros el poder de lo que ocurra. En fin, que para gustos colores.

Claro que, puestos a poder elegir, mejor hacer aquello que nos
reporte mayor bienestar, ¿no?
Tal vez, en determinadas situaciones no podamos alterar el curso de las cosas, pero sí podemos decidir con qué cara las viviremos. Podemos escoger el camino lastimero de la autocompasión, esperando a ser objeto de cuidados ajenos, o podemos optar por cuidarnos nosotros mismos, sin rechazar apoyos externos. Cuestión de actitud, y de entender el propio sufrimiento. Nietzsche solía decir: “Quien tiene un por qué para vivir, encontrará casi siempre el cómo”. Al fin y al cabo, la última de las libertades humanas es la capacidad de elegir la actitud personal ante cualquier circunstancia…

Para quien quiera ahondar sobre el tema, animo a la lectura del libro: “El hombre en busca de sentido”, de Víctor Frankl. (no es un rollo infumable, ¡lo prometo!)

Siguiendo con el Principio básico para la salud mental: entre dos opciones posibles, escoge la que menos te perjudique (aunque no sea la más sencilla). Teniendo en cuenta que hay que mirar a largo plazo nuestras acciones. ¿Dónde me llevarán?

Cuando aprendemos a escucharnos, oímos nuestras necesidades, nuestros deseos o anhelos, y podemos elegir libre y responsablemente si miramos hacia otro lado o nos remangamos y respirando hondo, decimos “¡Vamos allá!”

“Always Look on the bright side of life….fiu-fiu- fiu-fiuuuuuuuuuu

Video de la película La Vida de Bryan, de los irreverentes Monty Python.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vamos allá !!!

Carles Català dijo...

¡Mejor sintetizado imposible!
De hecho, pienso que la botella se puede ver medio llena o medio vacía. Si te empeñas en verla siempre medio vacía...tu mismo.

Reconozco que personalmente siempre he tenido cierta tendencia autocompasiva, y que he tardado mucho en darme cuenta de que ciertas actitudes ante la adversidad, lo único que hacen es perjudicar. Tiene mucho que ver en estar más centrado en los demás que en uno mismo, tiene mucho que ver en no haber aprendido suficientes recursos para ser más autónomo, no sé, será eso.

El caso es que llevo cerca de medio año, poca broma, ¡medio año! encabezonado (obsesionado) en darle vueltas y más vueltas a un revés personal de finales del año pasado, y todavía es hora de que un Ser Supremo me visite a casa y me explique el porqué de todo. Que no va a suceder nunca, excepto en las novelas de García Márquez. Y sin embargo, a pesar de que he tomado medidas que me están ayudando, de que ya decidía hace meses dejar de llorar por quien solo se quiere a sí misma, sigo emperrado en buscar el porqué a cosas que tal vez no tienen ninguna explicación.

Es estúpido andar obcecado en llorar una adversidad cuando la vida es tan corta y hay tantas oportunidades por disfrutarla...de hecho, sea cual sea nuestro revés personal, siempre encontraremos a alguien quien se dio una bofetada aún más grande y lo lleva muchísimo mejor. Es nuestra actitud ante los acontecimientos lo que marca la diferencia. Puedes hacer un drama de ello y convertirte en un vegetal mental o seguir haciendo tu vida. Porque se trata de tu vida, tuya es la elección. Tal vez la clave sea, como bien dices, encontrar el porqué a la propia existencia y no estar siempre navegando en círculos.

Aquí queda plasmada mi modesta opinión. Desde luego, apunto la referencia del libro de Frankl...