miércoles, 6 de febrero de 2008

¿QUIÉN SE HA LLEVADO MI QUESO?


Acabo de leer un libro que hace años tenía pendiente:“¿Quién se ha llevado mi queso?” de Spencer Johnson. Principalmente destinado a los equipos de trabajo en el mundo empresarial, pero también de utilidad para la vida personal. Es una sencilla parábola sobre 4 personajillos de ficción: 2 ratones y 2 liliputienses, que encarnan lo mejor y lo peor del ser humano en su búsqueda incansable del éxito (o felicidad). Sobre la resistencia al cambio y los miedos paralizantes…¡Y es que cuesta lanzarse a la acción cuando no se sabe hacia donde se va, ni los peligros que a uno le acechan! ¡Se está tan cómodo en la zona de seguridad conocida! Aunque, también es cierto que si no se busca no se encuentra…

Para situaros, este texto, al final del libro, cuenta la charla de unos amigos después de haber oído la parábola de “¿Quién se ha llevado mi queso?”

El grupo guardó silencio, mientras varios de los presentes pensaban en sus propias vidas.


- Bueno- dijo finalmente Jessica- Mientras escuchaba contar la historia pensaba en mi vida personal. Creo que mi relación de pareja es un “Queso viejo” que está muy enmohecido…

Cory se echó a reír mostrándose muy de acuerdo.

- A mí me ocurre lo mismo. Probablemente necesito desprenderme de una mala relación.
- ¡O, quizás, el “Queso viejo” no sea más que viejos comportamientos!- intervino Ángela- De lo que realmente necesitamos desprendernos es del comportamiento que provoca nuestra mala relación, y pasar luego a una mejor forma de pensar y de actuar.
- Buena observación- respondió Cory- ¡“El queso nuevo” puede ser una nueva relación con la misma persona!
- Me gusta la idea de desprenderme del comportamiento antiguo, en lugar de dejar la relación. Al fin y al cabo, insistir en el mismo comportamiento no hará sino perpetuar los mismos resultados… ¡y necesito algo distinto!


1 comentario:

Miguel Ángel Raya Saavedra dijo...

Esto que propone el libro es revolucionario, es volver a situarte en el centro de tu mundo, ser la persona importante, darte cuenta que "tus comportamientos" tienen unas consecuencias, aunque sólo sean homeostáticas. Si yo cambio... ¿qué hará el resto de mi mundo? ¿Se quedará igual?

¡Como mínimo tendrán que resistirse!