sábado, 22 de diciembre de 2007

PONTE EN SU LUGAR


Os voy a contar una breve historia, que hace tiempo leí en algún lugar. Recuerdo que me hizo sonreir, y pensar...¡Qué poder tienen algunas pequeñas cosas!

"Un padre se disponía a pintar la fachada de su casa, en una hermosa mañana de verano. Mientras preparaba la escalera, las brochas y demás bártulos, mandó llamar a su hijo:

- Hijo, ve a casa del vecino y pregúntale de qué color prefiere que pintemos nuestra fachada.
- Pero papá, ¿y qué le importa al vecino?

- ¡Pues mucho, hijo mío! Al fin y al cabo, será él quien se asome a su ventana y la vea todos los días del año."

Tomar en consideración la opinión de otros, no es cosa fácil. Y menos aún si ésta difiere de la propia. Solemos tener la curiosa habilidad de ver sólo a través de nuestros ojos. Si ejercitáramos esa otra posibilidad, la de pararnos a pensar en lo que otros ven, piensan o sienten, seguramente, descubriríamos un montón de verdades, que para colmo, no coincidirían con las nuestras...



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